5 consejos para la hacer fotografía gastronómica

Los 5 tips imprescindibles para lograr fotografías gastronómicas perfectas

La fotografía gastronómica es una de las especialidades fotográficas más difíciles de dominar dada su complejidad, ya que no sólo hay que tener en cuenta la parte técnica de la fotografía, sino que también hay que poner especial cuidado a la presentación en sí de los alimentos o productos a fotografiar. ¡No en vano la cocina es considerada una disciplina artística!  

Como fotógrafos, cuando nos enfrentamos por primera vez a un encargo de fotografía de alimentación, es fácil que nos sintamos perdidos o se nos puedan pasar por alto detalles que hagan nuestra imágenes menos atractivas o que visualmente no funcionen como nos gustaría. Para ello hemos elaborado una lista de los 5 consejos imprescindibles con los tips que, a partir de nuestra experiencia en este campo, consideramos más relevantes para afrontar con éxito una sesión dónde el foco sea la comida.

Entender el encargo: tipos de fotografía de alimentación


Cuando hablamos de fotografía gastronómica podemos diferenciar entre la fotografía de recetas para menús de restaurantes o revistas culinárias, en la que el foco se encuentra en la comida cocinada o el proceso de elaboración, o en la fotografía de un producto alimenticio, como puede ser por ejemplo una salsa o una marca de queso, en la que el foco estaría en resaltar los beneficios del producto en sí. En ambos tipos de fotografía buscamos despertar el apetito y generar interés por los productos, aunque en el primer tipo de imagen nos centraremos en la composición del plato mientras que en el segundo el punto de interés recaerá en el producto que estemos promocionando.

Una fotografía gastronómica atractiva logra despertar el apetito y atraer la atención de los clientes. Para ello es necesario cuidar tanto la elección del punto de vista como la armonía en las composiciones, las texturas de los fondos, el estilismo de los props (objetos, telas y utensilios), la iluminación que elijamos así como el acabado final que le demos a nuestras imágenes a través de la postproducción.

1. Todo empieza en el encuadre

El primer planteamiento para afrontar con éxito una sesión de fotografía de alimentación es el encuadre que vamos a dar a nuestras imágenes. Lo importante es crear composiciones que sean armónicas y generen equilibrio visual. Para ello hablamos de punto de vista, distribución visual y centro de interés.

Los puntos de vista que funcionan mejor habitualmente son a ¾, ya que nos permite “entrar” dentro del plato y visualizar los alimentos de los que está compuesta una receta. El punto de vista cenital o desde arriba que acentúa la geometría de los platos, y el frontal que hace crecer los productos, siendo el más adecuado para resaltar un producto.

Es importante, en cada uno de estos encuadres, cuidar la disposición de los elementos siguiendo las reglas del lenguaje visual fotográfico como la diagonal principal, la ley del horizonte o la regla de los tercios. Sea cual sea el plano que usemos, es importante prestar atención a cómo colocamos los elementos de la fotografía, entre ellos y en relación a los márgenes para que visualmente nos den sensación de equilibrio y de que la imagen tenga un “aire” similar entre todos los lados. Si añadimos sombras siempre es aconsejable que estén en el tercio inferior para dar más “peso” a la parte que visualmente se considera el suelo, siguiendo la ley del horizonte.

Distribuir los elementos siguiendo la diagonal principal nos ayuda a llevar la mirada del espectador hacia donde nosotros queremos, como en esta imagen en la que se enfatiza el proceso de elaboración, o en este otro plano de detalle, que funciona perfectamente bien cuando se trata de despertar el apetito. Jugar con el foco en primer plano y el desenfoque en segundo también ayuda a resaltar el producto.

2. La mágia de la luz

La iluminación es clave para provocar emociones. En fotografía gastronómica podemos optar por usar una luz con bajo contraste y sombras suaves o una iluminación dura, contrastada y dramática. La primera nos permite generar fotografías equilibradas y elegantes en las que podemos ver todos los elementos, mientras que la segunda genera mucho más volumen y una sensación de misterio. 

Para crear una luz suave es necesario usar una fuente de luz grande y colocarla en una posición frontal o a ¾ respecto el bodegón y rellenar las sombras usando un reflector o una luz secundaria. Si lo que buscamos es una luz dramática, entonces lo ideal es optar por una fuente de luz de tamaño pequeño y posicionarla de forma lateral al bodegón, evitando así que llegue al fondo y permitiendo que se creen sombras. De igual manera, para hacer las sombras más intensas, en vez de usar un reflector podemos utilizar un panel negro para absorber la luz e intensificar dichas sombras.

Es importante también poner atención al color de la luz y al balance de blancos usado. Para producto de alimentación funcionan muy bien los colores de luz blancos y amarillos, es decir la luz neutra o cálida, ya que hacen la comida apetitosa. Sin embargo, si las imagenes nos quedan azuladas o verdosas daran un aspecto de producto en mal estado generando una sensación desagradable en el espectador.

3. Elevar tus fotografías gastronómicas a través del estilismo: del fondo a la vajilla
La parte quizás más creativa de la fotografía de alimentación es la que tiene que ver con la dirección de arte, es decir la estética de las fotografías, que pasa por elegir el “mood” o sensación que, como fotógrafos o artistas, queremos transmitir. 

Es importante, por tanto, que hagamos una elección consciente de los colores, materiales y texturas que vamos a usar y, además, que nos fijemos en que todos los objetos que intervienen en nuestra fotografía sean coherentes entre ellos. También que los elijamos según lo que queramos explicar o resaltar de la comida. Los fondos son los elementos que más aportan a la estética de nuestras fotografías ya que, si nos fijamos, ocupan entre el 40% y el 80% del espacio visual. 

La elección de la vajilla, utensilios y accesorios tales como servilletas, manteles o tablas de cortar deberán estar también acordes al “feeling” de nuestra imagen. 

Si por ejemplo queremos recrear un ambiente casero y acentuar el componente de hecho a mano, usaremos fondos con texturas de madera o piedra natural y objetos que nos recuerden a los elementos de una cocina de campo, mientras que si por lo contrario queremos transmitir elegancia y sofisticación lo ideal es contar con fondos de materiales nobles como el mármol o de colores elegantes y acompañarlos con objetos pulidos y cromados como por ejemplo de metal. 

Nuestra recomendación es disponer de varios tipos de fondos que puedan servir para recrear estas sensaciones y contar con tipos de servilletas, trapos y utensilios de cocina variados para acompañar.

El color del fondo también nos puede ayudar a dar a nuestras fotos un toque moderno, si usamos colores intensos y vibrantes. 

4. Poner especial cuidado a cómo se sirve la comida

El estilismo de comida puede llegar a ser tan complejo que, en las grandes producciones, tales como anuncios de alimentación para televisión, existe una figura profesional llamada “home economist” que se encarga exclusivamente de cómo se sirven los alimentos en los platos. Realmente es interesante poder contar con un cocinero/a profesional para emplatar aquello que vayamos a fotografiar, pero si eso no fuera posible, lo realmente importante a tener en cuenta para una buena fotografía gastronómica es la limpieza y el orden visual que tenga la comida en el plato.

Por tanto procuraremos presentar la comida de forma que esté ordenada y para ellos es aconsejable contar con pinzas para servir y utensilios de cocina así como trapos y papel para limpiar cualquier mancha. Un consejo útil es servir los líquidos tales como salsas y aceites una vez estemos seguros de que la fotografía está bien encuadrada y nos gusta la luz y los elementos, ya que los líquidos se escurren hacia el fondo de los platos. También tener en cuenta que alimentos como los suflés no duran mucho fuera del horno ni la nata montada o los helados aguanta demasiado bajo el calor de los focos, así que es mejor emplatarlos en el último momento cuando todo esté preparado.    

5. Edición y postproducción

La edición y postproducción pueden mejorar la calidad y el impacto visual de nuestras fotografías gastronómicas. De entrada es aconsejable ajustar correctamente el contraste y brillo, así como el color mediante la corrección del balance de blancos. El retoque es nuestro aliado a la hora de eliminar, mediante el tampón de clonar o el pincel corrector, todas aquellas imperfecciones que puedan haber en la imagen, ya sean migas de pan que no deseamos en el mantel o manchas de aceite en el borde de un plato. 

Si el encuadre se nos ha “quedado corto” y nuestra imagen no está tan bien compuesta como nos gustaría, hoy en día es muy fácil aprovechar la generación de fondos según el contenido que nos ofrecen herramientas tipo photoshop para ampliar el encuadre y armonizar las composiciones. 

La nitidez es otro punto importante que da un aspecto más profesional a la fotografía gastronómica, así que la recomendación es aplicar siempre una máscara de enfoque al terminar de realizar las ediciones para que las imágenes sean más atractivas. 

Concluyendo

En resumen, las 5 consideraciones más importantes o tips para realizar un encargo de  fotografía gastronómica con éxito serían los siguientes:

  • Empezar por el encuadre, cuidar las reglas de composición tales como la ley de los tercios, la diagonal principal o la ley del horizonte y disponer los elementos para crear imágenes visualmente atractivas.

  • Utilizar la luz según si queremos transmitir suavidad o volumen y si queremos que tenga un aspecto neutro o cálido y evitra tonos verdos o azulados poco atractivos.

  • Poner especial atención al estilismo de la imagen, cuidar la elección de los fondos y elegir los props según el estilo que queramos transmitir.

  • Servir la comida de forma ordenada y con atención a la limpieza.

  • Editar las imágenes para mejorar el contraste y el color y corregir imperfecciones o mejorar el encuadre.

Esperamos que estos consejos os hayan sido de utilidad y os animamos a experimentar con ellos, buscando vuestro propio estilo y enfoque para lograr fotografías gastronómicas de alta calidad.

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